
Ingredientes
Harina de trigo o sémola de trigo duro.
Huevos
Sal
Para cada comensal, más o menos se utilizan 100 gr de harina de trigo (o sémola de trigo duro), 1 huevo y un poquito de sal, saliendo unas raciones bastante grandes. Si quieres preparar unas raciones más estándar, ten en cuenta que, con 200 gr de harina de trigo, 2 huevos y 1/2 cucharadita de sal me han salido 3 raciones.
Preparación, cómo preparar pasta fresca. Receta y uso de la máquina:
Elaborar la masa de la pasta es muy fácil. Sobre una superficie lisa en la que se pueda amasar, crea un volcán con la harina, casca los huevos y añádelos a su interior junto con la sal.
Mezcla bien los ingredientes con las manos (si, te vas a pringar bien), primero añadiendo harina desde los exteriores hacia el centro, después mezclándolo todo, y poco a poco se irá formando una masa homogénea que se despegará de tus dedos. Amásala durante unos 10 minutos, hasta que quede todo bien mezclado, sin grumos, y la masa esté dura y ligeramente elástica.
Envuélvela en papel film y déjala reposar en la nevera al menos 30 minutos.
Divide la masa en bolitas (si por ejemplo has preparado para 4 comensales, divídela en 4, esto es solo por comodidad para el alisado), y mientras trabajas con una bolita, deja el resto tapadas con papel film para que no se resequen. A partir de este punto, puedes decidir si trabajarla solo con el rodillo o con la máquina. Yo voy a enseñarte a trabajar la masa con la máquina, es muy cómodo.
Echa un poco de harina en la superficie en la que estás trabajando, y aplasta la bolita en ella ligeramente para aplanarla un poco. Ajusta tu máquina de pasta al grosor más grande, y pasa tu masa por esa abertura de la máquina, girando el rodillo. Vuelve a doblar la pasta sobre sí misma y pásala de nuevo por el rodillo. Repite esta operación dos o tres veces, incorporando un poco de harina con la mano sobre la superficie de la masa para evitar que esté demasiado húmeda.
Para las siguientes pasadas, ve cerrando la abertura del rodillo para que cada vez salga más fina, dejándola a tu gusto y también dependiendo de lo que quieras preparar después. Para estos tallarines, la dejé en un grosor intermedio que suele coincidir con el número 5 (es el ideal para este tipo de preparaciones, hazlo igual para espaguetis), no llegando al punto más fino porque se rompe con demasiada facilidad y no queda bien. Si vas a preparar pasta rellena, ten en cuenta que la pasta fina queda muy bonita y apetecible, pero es más complicada de trabajar.
Cuando ya tienes la masa estirada, puedes trabajarla para el tipo de pasta que desees preparar. ¡En este caso, la he introducido en el rodillo especial para tallarines, y poco a poco y con cuidado han ido apareciendo unos preciosos tallarines de pasta fresca casera, qué ilusión hace verlos!
Ahora debes espolvorear por encima un poco de harina, separarlos completamente unos de otros, y dejarlos secar sin que se peguen entre sí. Existen secadores de pasta especiales para colgarla, aunque puedes dejarlos tranquilamente en una bandeja con abundante harina y dejar que se sequen. El tiempo de secado puede ser de apenas 10 minutos, mientras preparas el agua para cocer.
¡Ahora ya solo falta cocerla! Esta tarea se realiza igual que con la pasta seca que compramos habitualmente. Pon agua a cocer en una olla, suficiente para que cubra la pasta de sobra, y una cucharadita de postre de sal por cada dos o tres comensales.
Cuando hierva, añadir la pasta y, cuando vuelva a hervir, dejarla unos minutos cociendo. ¿Cuántos? Depende del grosor de la pasta y de cómo te guste su punto. Estos tallarines los tuve cociendo unos 9 minutos, ya que salieron un poco gruesos y me gusta que estén bien hechos (¡pero no blandos!). Para acertar, fui probando trocitos de pasta desde el minuto 6, hasta que decidí que estaba justo como me gusta.
Cuando esté lista, escúrrela. Ahora utilízala como más te guste. Yo le eché un poco de salsa de tomate, atún, orégano, pimienta negra molida, olivas negras y un poquito de emmenthal rallado por encima. Lo ideal es que tengas preparado el acompañamiento de la pasta previamente, para que cuando esté lista, puedas añadírselo y servirla inmediatamente, bien calentita.